Cuando parecía que un pacto entre los "jorgistas" y los "cuarentones" lograría definir a la nueva conducción del Partido Aprista, Mauricio Mulder dijo presente y volvió a postergar el Congreso Nacional. Ante ello, la voz del histórico Armando Villanueva del Campo vuelve a rugir desde sus cuarteles de invierno, tanto para recordarle al secretario general sus deberes como para fijar posiciones ante el falso izquierdismo de los que se proclaman nacionalistas.
Correo: ¿Sigue sin resolverse la crisis del Partido Aprista?
Armando Villanueva: El 7 de enero de este año, en este mismo jardín (de su casa), anuncié que el partido requería una reestructuración fundada especialmente en el ascenso de la gente joven a las funciones de comando, porque ya los viejos nos habíamos entronizado mucho. También dije que el partido se encontraba en una crisis de desarrollo, pero esta declaración se tomó en un sentido negativo. Crisis es también oportunidad para el cambio, y cuando la realidad cambia, hay que adaptar sus tesis sin dejar los valores del pasado, como siempre nos lo enseñó Haya de la Torre. Es como el mensaje de (José Carlos) Mariátegui; sigue teniendo vigencia, pero necesita ser adaptado a la nueva realidad de la globalización
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